martes, 22 de diciembre de 2015

DEL MARKETING AL PARTIDO VERDE

DEL MARKETING AL PARTIDO VERDE

José Noé Mijangos Cruz 

La era de los partidos ha llegado a su fin. Después de ver la contienda electoral como una competencia que supusiera una 'vendimia deshonesta de caballos' (horse trading) a la usanza gringa o el 'adelgazamiento de la leche' (mercato delle vacche) como le nombran los italianos, la partidocracia ha tenido que doblegarse, al grado que incluso algunos partidos ya propician la renta de sus candidaturas a simpatizantes (antes sólo se reservaba a los militantes). 

La 'modernidad sólida', hacía que los partidos debatieran temas de fondo, propiciando posturas que fluctuaban desde un control férreo reservado a la 'derecha' o la amplitud de libertades que se atañían a la 'izquierda'. Lo que se consideró el 'centro', no era más que el populismo de los partidos oficialistas que aunque matriculados en la 'democracia cristiana internacional' o la 'internacional socialista', a veces no había más que hacer su propio núcleo ideológico de decisión como en su momento fue la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL).

Hace mucho, Claus Offe, al tratar el tema de los nuevos movimientos sociales, se refirió al 'movimiento verde internacional' como formando parte de un sinsentido democrático, que sin embargo, posibilitaba el plus sobre una ganancia electoral asumiendo bajo perfil y permitiéndose estabilidad participativa, negándose a afrontar temas complejos y rentabilizando la concepción de una mejora medioambiental empleada como efecto de consumo; una necesidad instrumental de los países del primer mundo que este movimiento haría posible.

En México, el Partido Verde, ha tenido el tiempo suficiente para debilitar las estructuras institucionales, desde una representación que ha hecho de sus acriticismos, la burla de una nación proporcionalmente ajena al rol participativo, que no se reconoce en las disputas electorales o que la modernidad no le ha permitido observarse como espectador siquiera. Con el acomodo de prácticas occidentales, el Partido Verde ha acaparado un bastión importante de votantes, desde los negligentes filtros de los árbitros electorales, catalizando el efecto democrático o de participación civil desde los subsidios que se le otorgan a su cuenta corriente, hasta los que corresponden a sus gastos de campaña.

En Oaxaca, los partidos que se coaligan con el Partido Verde, últimamente, en algunos distritos, han estado a punto de perder cargos de mayoría relativa, por la asimetría del cómo percibe la gente un registro en una contienda, por ejemplo, la presidencial, y otra que se bifurca en algún distrito en particular, debido al registro independiente del Partido Verde, lo que da como resultado la anulación de boletas distritales del partido que lo acompaña en la presidencial pero no en la distrital; karma que estuvo a punto de comprometer candidaturas de personajes que hoy desean la gubernatura del estado. 

De caras bonitas y edades estereotipadas para la acción dinámica de un pueblo que ofertaba a sus experiencias lúcidas de cabellos entrecanos, el Partido Verde echó abajo mitos de que la 'curva crítica' no era posible, rentando la opinión sesgada del votante cautivo hacia "penas de muerte" para quienes infringen delitos graves, luciendo espectaculares de subsidios a la adquisición de fármacos, en donde bajo el resguardo del sistema político propicia la frivolidad y la irresponsabilidad de la gobernanza global. Uno de sus dirigentes, gozó del cajón de sastre que le confeccionó a su medida el fuero senatorial.

Recientemente, el caso Arturo Escobar, ha sostenido la tesis de que el régimen actual, siempre pragmático, estudia la situación de deshacerse de este maridaje con el Partido Verde, pues el ahora Fiscal Especial para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), si bien en tono suspicaz le fragua una investigación en su contra, ninguna fiscalía pudo llegar tan lejos, de no ser por la contemplativa insumisión que le dicta el aparato de Estado mexicano. Ese agravio sigue un curso semejante en el Instituto Nacional Electoral (INE), a través de la Unidad Técnica de Fiscalización, con la reciente multa que se perfila imponer al Partido Verde. 

@JNMIJANGOS

(Publicado en +Noticiasnet.mx Voz e Imagen de Oaxaca, 22/12/2015, p. 10A)

martes, 15 de diciembre de 2015

A NADIE LE IMPORTAMOS

A NADIE LE IMPORTAMOS

José Noé Mijangos Cruz

A Maite Azuela

Hemos visto cómo a periodistas de alto calado, se le desmerece su espíritu de vivir entre nosotros. Recientemente soy lector de Maite Azuela, y en efecto, en ocasiones indago aristas que la articulista deja en espacio de cognición, pues sencillamente, ella, como mujer, como persona, con identidad distinta de la mía, se ocupa en mostrarnos algún remoto interés general. Comparto sus opiniones, aunque no me conformo con las que ella da, pues, probablemente, imagino escenarios complejos que no han hecho que tal nivel de extrapolación se conjugue con la intuición, magia y reinado de sus ideas, tan decorosas, tan dignas, como las que cualquier persona de buena voluntad pueda elucubrar. Sin embargo, en eso radica mi inquietud. Las personas que por alguna razón pensamos diferente, nos volvemos ingenuamente en parte de esa transitoria “modernidad líquida” (Bauman dixit). No le importamos a nadie y contribuimos en parecer que la importancia sea real, y en esa inercia, contribuimos en todo.

No quisiera caer en las mismas tentaciones en las que caen quienes le brindan su apoyo a Maite Azuela en las redes sociales, que sólo se preocupan por su virtual azoro. La realidad es otra para quienes escribimos y eso es únicamente lo que sabemos hacer. Tenemos no sólo la sensación, sino la certeza, que a nadie le importamos. Hace mucho era el ordenador sin IP (Internet Protocol) el que ya generaba paranoia en buena parte de los usuarios, qué tanto podía quedarse a vivir en el “panteón cepeueño” (Central Processing Unit). Después llegó intranet, interfaz, GPS y otras linduras que hicieron de ese temor, un fetiche del temor original, ese temor original ligado a la equivocación, a la libertad, a la dignidad humana.

Maite Azuela es ejemplo de un trabajo intelectual de aliento para los desconsolados. Probablemente sea la clase media que intenta resistir el “precariato” (consumidores de incapacidad en la permanencia social) que sufren miles de familias que no alcanzan a obtener esa dichosa palabra de la distribución de la riqueza pública, de la riqueza nacional. Se asoma al mundo de las evidencias, con la sensación de que puede dar el derecho de réplica. De no ser esa la condición: otorgar el derecho de réplica, cualquier columnista muere en su intento por ser original, prístino, genuino. Mejor vivir en soledad, que vivir en la virtualidad, se podría decir hoy en términos contemporáneos. Pero la tecnología no debiera ser el instrumento que sataniza cualquier actividad como materia prima a disposición de todos, sino el uso que de ella dependen muchas acciones capaces de transformar la opinión pública: el lugar desde donde debiera legitimarse cualquier condición democrática que permita que el proyecto de vida personal camine por los proyectos de vidas grupales, sociales.

El temor como mercancía, insisto, la sociedad política lo ensaya en sus ciudadanos. Crear la ciudadanía ya no es prioridad, sino dictarles los protocolos de sometimiento, de más y más control social, que autolimite el ritmo de crecimiento personal desde un bricolaje (invento personal producto de la imaginación) comercial que se nos vende con la complacencia del marketing, y la santiguada de las ofertas de consumo. El temor fetiche, el temor como mercancía, reza: “Yo temo, luego existo” (Donskis dixit).

Desde luego, que ese temor, no es lo que en el fondo de su pensamiento y su corazón, piensa y siente Maite Azuela, yo no lo sé de cierto, pero supongo. El temor de Maite Azuela, en su estado catárquico, puede también mandar la lección de: ¿le intereso a los demás como voz crítica? Alejados ya en el tiempo, existen personajes que han pasado a la historia como sujetos de temas semejantes, cuya duda es real, pero que al final del día, saben que sí le importa mucho a la gente lo que se escribe, la lucha revolucionaria que implica ese dilema. No mandamos el mensaje de que no se dude de esa condición de dignidad desde donde brota la civilización genuina, por el contrario, si el temor aparece, que sea el que hemos elegido, y no el que nos han impuesto mentes obtusas y perversas en asociación delictuosa.


Espero que esa imagen del rostro que nos regala Maite Azuela todos los días en redes sociales, cuya belleza recubre una condición envidiable de sus pensamientos de dignidad, de su idea de justicia y de su afán de reconciliación social, sea la certidumbre de una civilización incierta: “el humor”, que nace de la impotencia, no lo olvidemos.

Twitter: @JNMIJANGOS

(Publicado en +Noticiasnet.mx Voz e Imagen de Oaxaca, 15/12/2015, p. 10A)
http://www.noticiasnet.mx/portal/oaxaca/opinion/local/318403-nadie-le-importamos


martes, 1 de diciembre de 2015

EL SALINA CRUZ INVENTADO

EL SALINA CRUZ INVENTADO

José Noé Mijangos Cruz

Crecer a la sombra de un puerto artificial, es una condición social que pocos tenemos, a eso debe agregársele que toda una generación ha nacido con “economía petrolizada”, estigmatizada. Si el mal existiera, sería relevante conseguir recordar los años en que nadie soñaba con hacer de este lugar una zona de influencia política, de dominio, como así lo quiso demostrar Cortés desde tiempos de La Colonia. Con la salvedad de lo que hoy es Santo Domingo Tehuantepec, durante La Colonia, los primitivos contornos del hoy Salina Cruz bañaban la laguna interior y su única referencia era un faro que se fosilizaba con los años. En el México independiente, el tema de la ruta comercial marítima dio preferencia a puertos de economía probada (Veracruz entre ellos) y no fue hasta el Juarismo que se midió la posibilidad de emplearse como tráfico interoceánico: la cintura del país. Sin embargo, el proyecto colapsó en tanto la vida del mandatario se esfumaba. Fue Porfirio Díaz quien abonó la idea de construirlo con una infraestructura insuperable para la época, que quebró, incluso, a la compañía inglesa, hasta cobrarse el adeudo ya sin cláusula penal, en ese pasadizo que se estrechaba tras cumplirse el ocaso del dictador de origen oaxaqueño. Durante la revolución, fue sede del cañonero Guerrero que transportaba a Jesús Carranza por vía marítima hasta el Occidente de México. Se cuenta que en tiempos del Cardenismo, Salina Cruz revive luego de padecer el azolvamiento en la dársena, situación que se logró, entre otras cosas, con el envío de la draga Minnesota. Lo demás, se empata en 1979, con la construcción de la refinería.

La inflación petrolizada, le ha significado a Salina Cruz un costo que propicia en el producto per capita una inequitativa distribución de la riqueza, donde la minoría nacional detenta un porcentaje elevado de beneficios, con respecto de los lugareños que no alcanzan a pasar por mucho la media nacional en cuanto a criterios de obtención de utilidades sobre una industria radicada en su propio entorno. Mayores bienes y servicios, no significan, en muchos casos, mejor economía distributiva. De esa manera, el mito de que “a mayor desarrollo económico, redituará a cada quien su parte” ya ha sido cuestionado por quienes de manera seria han criticado el tema de la “globalización”.

Luego de la conversión al pragmatismo de los grupos políticos contestatarios, que motivaban los cierres carreteros y el supuesto atraso económico (en realidad eran, en ciertos casos, los antifetiches), la gente del puerto especuló que la llegada de almacenes y supermercados daría una imagen de crecimiento económico a la zona. Es probable que se viviera un atraso económico si transportes terrestres y marítimos esperaran el embarque, pero también era probable que esos seguros (por demora) se pagaran con cheques que las fiduciarias hicieran llegar al empresariado que encubría frente a sus operarios el verdadero motivo de no seguir acciones legales contra los grupos sociales a quienes se les atribuía el “paro” de la economía regional.

Hace unos días se vivió un llamado de emergencia en las instalaciones de refinación, cuando en realidad, de vernos optimistas, dicho volumen de operación debería estarse preparando para desarrollar la industria del “gasoducto”, con una inversión de 1085 millones de dólares y que pretende conectar a este puerto con Jáltipan y Tapachula, en el marco de la Zona Económica Especial del Istmo.

La circulación de dinero por el costo de operación que Salina Cruz logra mover, recrea un “espejismo” de empoderamiento social que en la práctica no se justifica. Si a eso le agregamos que la diversificación de la economía a partir del desgaste urbanístico debido a la proclama de ser un atractivo para la inversión, en donde la clase obrera especula radicar temporalmente aumenta que flote un presupuesto (llámese gasto público) que mueve dinero en un lugar que capta sólo un porcentaje limitado y cuya principal planta productiva está exenta de contribuir localmente, la situación obliga a cuestionar si el “desarrollo sostenido” da para seguirle apostando a la empresa nacional, condicionada a convertir en realidad el sostenimiento óptimo de los lugareños.

Twitter: @JNMIJANGOS

(Publicado en +Noticiasnet.mx Voz e Imagen de Oaxaca, 01/12/2015, p. 12A)


Playa abierta: se resiste a ser inventariada